PORTARSE BIEN DE UNO A CUATRO AÑOS

PORTARSE BIEN DE UNO A CUATRO AÑOS

El doctor Harvey Karp, experto en desarrollo infantil, revela un método de asombrosa eficacia para calmar a los niños de uno a cuatro años cuando se alteran: hablarles en su propio idioma.

Esta técnica se basa en la observación de que los niños entre uno y cuatro años atraviesan cuatro etapas de crecimiento, cada una de ellas vinculada al desarrollo cerebral, y cada una reflejo de un importante paso en el viaje de la humanidad prehistórica a la civilización. El autor explica cómo dirigirse a su hombrecito primitivo en su propio idioma le ayudará a transformarlo en un niño feliz, colaborador y seguro. El resultado: menos rabietas, menos gritos y más ratos tiernos y felices para usted y su hijo.

Índice:

Introducción. Cómo descubrí el secreto para una comunicación eficaz durante la primera infancia.

PRIMERA PARTE. La evolución de su hijo. Para entender mejor a su pequeño, dé un paso agigantado… hacia atrás. “¡Socorro! ¡Hay un hombre de Neandertal en mi cocina!” De los 12 a los 18 meses: su “adorable niño chimpancé”. De los 18 a los 24 meses: su “hombrecito de Neandertal”. De los 24 a los 36 meses: su “espabilado niño de las cavernas”. De los 36 a los 48 meses: su “poblador versátil”. La gran incógnita de la naturaleza: ¿Qué temperamento tiene su hijo? El choque de civilizaciones: cuando los padres modernos se encuentran con sus hijos primitivos.

SEGUNDA PARTE. ¡Así se habla!  Para ayudar a su hijo a entenderle, háblele en su idioma. ¿Cómo se dice eso en el idioma de su hijo? ¡Comunicación que realmente funciona! Respeto y premios: formas de fomentar la buena conducta. Buenos ratos compartidos. La rutina y el juego calman a su hombrecito prehistórico. El arte de la diplomacia: formas de poner límites y hacerlos cumplir.

TERCERA PARTE. Apartar las piedras del camino. Cómo le puede ayudar la educación prehistórica a superar algunos problemas frecuentes de la primera infancia. Piedras con las que tropiezan los niños de un año. Piedras con las que tropiezan los niños de dos años. Piedras con las que tropiezan los niños de tres años.

Epílogo. ¡Civilización a la vista!: su hijo de cuatro años feliz y seguro.

Apéndice. Diez pasos que todos los padres deberían conocer.

Índice alfabético

Con 50 ilustraciones

 

31,50 

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