Mi líder soy yo

Vivimos ajenos a nosotros mismos, no nos queremos y no sabemos hacer que quienes dependen de nosotros se quieran. Anhelamos ser libres de las ataduras que nos impone la sociedad, sufrimos nuestras heridas en silencio, soportamos etiquetas y asumimos muchas creencias limitantes.

Vivimos ajenos a nosotros mismos, no nos queremos y no sabemos hacer que quienes dependen de nosotros se quieran. Anhelamos ser libres de las ataduras que nos impone la sociedad, sufrimos nuestras heridas en silencio, soportamos etiquetas y asumimos muchas creencias limitantes. Buscamos conocernos, ser felices y libres. Libertad de la verdadera y felicidad auténtica, no la impostada del consumismo, el buenrollismo y otros espejismos que se nos plantean. ¿Te das cuenta de que cada día tienes la oportunidad de mimarte, de escarbar en ti, de quererte como el amor de tu vida? Somos maravillosamente imperfectos.

Esta es la afirmación sobre la que gira el libro «Mi líder soy yo» de Anabel Valera: el resultado de un viaje interior precioso, en un momento de dificultad profesional, desvistiendo de subjetividad sus ideas sobre temas que le apasionan como la educación, la disciplina positiva, el proceso de autoconocimiento y el liderazgo. Anabel se define como «tres veces M»: mujer, madre y maestra. Y desde esa triple perspectiva, con décadas de experiencia a su espalda, aborda la profundidad de las personas y va sugiriendo el camino para que autoevalúes cómo te está afectando la presión social, la que te impones y la que desarrollas sobre quienes dependen de ti.

Para educar es necesario conocerte y formarte o repites patrones establecidos y caes en la consejología. Mi líder soy yo te prepara para entender a tus hijos y alumnos desde su estado madurativo neurológico, para enseñar desde el cerebro del que aprende con especial atención a las funciones ejecutivas. Del mismo modo, liderar un equipo va mucho más allá de la planificación. Con Mi líder soy yo vas a entender cómo desarrollar un liderazgo humanizado, desde el respeto y la conexión con las personas, potenciando tus propios silencios para abrir la escucha al otro. Si haces este camino de su mano vas a disfrutar, por fin, de ser líder de tu propia vida para poder liderar con gusto tu familia, tu aula, tu equipo.