Para que la sombra no sea

Para que la sombra no sea

¿Quien opdría decir cuánto tiempo transcurrió desde que Chema comenzó a descender hasta que apareció de nueco con Álex entre sus brazos?

Porque no se puede medir el infinito, está más allá de la comprensión. Tampoco nadie sabría explicar por qué en el mismo momento que Eva abrazaba a Álex la sombra que proyectaba el faro inició un rápido movimiento de despliegue, como del del reptil que intenta ser pisoteado.

Para que la no sombra no sea. Así actúa la amistad, ese es su triunfo.

Para que la sombra no sea narra las peripecias viales de dos niños superdotados de cinco años. Su gran capacidad, creatividad y sensibilidad pondrán a prueba una estructura escolar que los excluye.